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Si Nintendo no hubiese salido a la palestra con Wii U, probablemente no nos encontrásemos inmersos en el debate por la próxima generación de sistemas de entretenimiento. Día sí, día también, las hipotéticas PlayStation 4 y Xbox 720 ocupan los titulares especializados, acompañadas siempre por cuatro numeradores.

Hemos leído de todo, desde que la nueva consola de Microsoft vería la luz el próximo año hasta su advenimiento a tres vista. Si a ésto sumamos las constantes ofertas de empleo, los comentarios de fabricantes y la especulación comercial, tendremos un perfecto caldo de cultivo para un debate que vaya usted a saber cuánto tiempo más podría postergarse.

Aún con todo, cada vez que surge algún rumor, poco tarda en aplacarse. Se dijo que Electronic Arts ya tenía una Xbox 720 en sus oficinas o que los ingenieros de Sony ya acunaban una PlayStation 4, todo ello desmentido a las horas.

Tomemos pues con pinzas lo que la cadena GameStop ha vaticinado en reunión corporativa. Según estimaciones de su cúpula ejecutiva, no deberíamos esperar nuevas consolas hasta 2014:

No esperamos nuevas máquinas de Microsoft o Sony hasta el 2014, sin embargo, un lanzamiento exitoso de Wii U podría hacerlas cambiar de opinión.

Aquí entra en juego nuevamente la cuestión del momento ¿es Wii U una consola de nueva generación o el paso intermedio hacia ésta? ¿realmente podríamos considerarla competidora de 720 y PS4? ¿la considerarán así Microsoft y Sony, adelantando sus planes o más bien seguirán su propio rumbo?

Me inclino a pensar más bien por la segunda posibilidad. Independientemente del éxito que atesore la nueva sobremesa de Nintendo, sus competidores ofrecerían una apuesta gráfica bien diferenciada (ayer mismo se nos dijo que comparable a la animación cinematográfica por ordenador) que haría irrisoria cualquier comparación.

En la mentada reunión se habló también de PlayStation Vita, para la que se esperan ventas a mansalva gracias a sus atractivos $249. Sobre PlayStation Move, por su parte, no existe un ápice de optimismo, entendiéndose que se necesitan muchos más juegos de calidad para convertirlo en periférico atractivo al largo plazo.

Así las cosas, difícilmente conseguiría Sony prolongar la vida útil de PlayStation 3 si no es recurriendo a otras soluciones, como una improvisada interacción entre la consola y la nueva portátil.

Microsoft, por su parte, no tendría de qué preocuparse mientras Kinect siga funcionando a las mil maravillas, aunque los seis años de su 360 empiezan a pesar como una losa.

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Nuevas consolas en 2014 según GameStop