29 de abril de 2010

El iPad, por fin a prueba. Dos veces

En los 10 años que llevo analizando productos tecnológicos para el New York Times, nunca había visto un producto que despierte posiciones tan enfrentadas como el iPad de Apple, que llegará a las tiendas este sábado.

"Es un chisme tan absurdo que da risa", dice un comentario típico en un blog de tecnología. "Cómo puede alguien esperar que alguien utilice en serio un ordenador sin ratón".

"Es verdaderamente una revolución mágica", dice otro. "¡No me puedo creer que alguien desee volver a utilizar un ratón y un teclado tras haber usado el visionario interfase de usuario de Apple!"

La confianza que despiertan ambas críticas del iPad es bastante relativa, teniendo en cuenta que sus autores ni siquiera lo han probado.

En cualquier caso, de ambas opiniones se desprende un mismo patrón: a los tecnófilos generalmente no les gusta, mientras que a la gente normal le encanta.

Por lo tanto, dado que un único análisis no serviría para atender adecuadamente a los dos públicos, sólo hay una solución posible: escribir dos análisis independientes, uno para cada público.

Si es usted un tecnófilo, lea el primero (¿Que cómo se sabe eso? Hágase estas preguntas: ¿Utiliza usted Torrent? ¿Es usuario de Linux? ¿Tiene más direcciones de correo-e que calzoncillos? En ese caso, es usted un tecnófilo).

De lo contrario, lea el segundo análisis.

El iPad: análisis para tecnófilos

El Apple iPad es básicamente un iPod Touch gigante.

Es una losa de media pulgada de grosor, de cristal por delante y de aluminio por detrás. Casi no lleva botones: sólo uno grande, debajo de la pantalla, que lleva a una pantalla inicial repleta de aplicaciones, igual que en el iPhone.

Hay un modelo que sólo se conecta a Internet cuando dispone de cobertura WiFi (de 500 a 700 dólares, según la capacidad de almacenamiento entre 16 y 64 gigabytes). El otro modelo se puede conectar tanto por WiFi como, si andamos por ahí, a través de la red móvil de AT&T; esta posibilidad incrementa el precio en 130 dólares.

El iPad se maneja tocando y arrastrando con los dedos sobre el cristal, igual que en el iPhone. Cuando la brillante pantalla de 9,7 pulgadas está apagada, las huellas de dedos son claramente visibles.

Lleva una aplicación para leer libros electrónicos, pero no va a rescatar a las industrias de la prensa y de los libros (lo lamento, expertos en media). La variedad es pobre (por ahora, sólo 60.000 títulos). No se lee bien a plena luz del día. El iPad pesa 680 gramos, y al cabo de un rato cansa sostenerlo en la mano (el Kindle pesa 280 gramos). Y los libros de la librería de Apple no se pueden leer en ningún otro aparato, ni siquiera en un Mac o en el iPhone.

Cuando el iPad está en posición vertical, escribir con el teclado de la pantalla es una experiencia horrorosa; cuando el iPad está girado 90 grados, el teclado es apenas utilizable, y eso porque es más grande. Durante el mes de abril saldrá una base de sobremesa con teclado (70 dólares), pero entonces habrá que llevar dos chismes encima.

Al menos Apple ha tenido la decencia de dotar al iPad de un procesador realmente veloz. Las cosas se abren rápido, se deslizan rápido, se cargan rápido. Navegar por la web es muchísimo mejor que hacerlo con la diminuta pantalla del iPhone: primero, por la mayor rapidez, y segundo, porque no hay que hacer tantos zooms ni desplazamientos.

Pero como ya saben los lectores de Slashdot.com, el iPad no admite vídeos en formato Flash. Apple le tiene manía a Flash, el formato de vídeo más popular de la web; asegura que tiene fallos, que no es seguro y que consume mucha batería. Vale, pero entretanto, hay miles de sitios web que aparecen en el iPad con espacios en blanco allí donde deberían aparecer vídeos y animaciones.

YouTube, Vimeo, TED.com, CBS.com y muchos otros sitios ya están convirtiendo sus sitios a formatos compatibles con el iPad/iPhone/Touch. Pero todas las webs de noticias, y sobre todo, Hulu.com (la web en la que se encuentran gratuitamente las series de más exito) todavía utilizan Flash. Probablemente tardaremos años en poder ver con el iPad el resto de los vídeos de la web.

Tampoco hay multitarea. Las aplicaciones se utilizan de una en una, igual que en el iPhone. Además, carece de GPS, de terminales USB... y de cámara. Nada de videoconferencias a través de Skype. Ya saben: Apple se está reservando cosas para el modelo del año próximo.

En resumen: por mucho menos dinero se puede comprar un portátil, con teclado completo, lector de DVD, terminales USB, ranura para tarjetas de memoria, cámara y más cosas. Además, si ya tienes portátil y smartphone ¿para qué quieres llevar encima un tercer cacharro?

El iPad: análisis para el resto del mundo

El Apple iPad es básicamente un iPod Touch gigante.

El simple hecho de hacer más grande la pantalla multitáctil cambia la experiencia por completo. Los mapas se convierten en verdaderos mapas, como los de papel. Se pueden ver al mismo tiempo la bandeja de entrada de correo-e y el mensaje abierto. Los simuladores de conducción ocupan más campo de visión, más como un parabrisas que como el ojo de una cerradura.

El nuevo lector de e-libros iBooks está repleto de detalles encantadores. Por ejemplo, al pasar las páginas, el borde animado se dobla siguiendo la posición y la velocidad del dedo, igual que una página de papel. Los ajustes de tipo de letra, tamaño y brillo aparecen al tocar la pantalla. Al tocar sobre una palabra se accede a su definición en el diccionario, se puede marcar la posición o consultarla en Google o en la Wikipedia. A un lado del iPad hay un conmutador para bloquear el giro, que permite leer de lado en la cama sin temor a que la imagen gire.

Si tiene usted el modelo celular, se puede contratar el servicio de AT&T para conectarse desde cualquier lugar (los iPad celulares no estarán disponibles hasta el mes que viene; el modelo que he probado sólo tenía WiFi).

Una gran novedad tratándose de una operadora móvil: no hay compromiso de permanencia. Haciendo clic en un botón de las Preferencias, se puede contratar un mes de acceso móvil a Internet por 30 dólares, o bien pagar 15 dólares por 250 megabytes de tráfico de Internet; una vez agotado ese volumen, se pueden comprar otros 250 megas, o simplemente actualizar al plan ilimitado para el resto del mes. En ambos casos, se puede dar de baja y de alta tantas veces como se quiera (por ejemplo, sólo en marzo, julio y noviembre) sin incurrir en penalizaciones. Seguro que a las otras operadoras les va a sentar fatal el precedente que establece AT&T.

Sin embargo, la aplicación definitiva del iPad son... las aplicaciones definitivas. Según Apple, las 150.000 aplicaciones que ya existen para el iPhone funcionan también en el iPad. Se pueden ver a tamaño real (pequeñas y centradas en la pantalla) o, tocando en ellas, duplicarlas para que ocupen toda la pantalla, quedando así algo borrosas. Todas mis preferidas funcionan de este modo: Dragon Dictation, Skype (incluso las llamadas de voz) y los innumerables juegos.

Pero cuando uno comienza a divertirse es al probar las aplicaciones que han sido diseñadas especialmente para la pantalla más grande del iPad (cuando abra este sábado, la sección de iPad de la App Store ofrecerá unos 1.000 títulos).

La aplicación de Scrabble muestra todo el tablero sin tener que hacer zoom ni desplazamientos; hay una aplicación complementaria para el iPhone o el Touch llamada Tile Rack, que sirve para combinar las letras en privado, hecho lo cual se pueden enviar a la pantalla del iPad sin necesidad de cables. La aplicación de cómics de Marvel es brillante, tanto por su realismo como por la navegación viñeta a viñeta (hmm, tal vez esto debería haberlo dicho en el análisis para tecnófilos).

Hulu.com no ha confirmado los rumores de que está trabajando en una aplicación para el iPad, pero ¿se imaginan si fuera cierto? ¿Una fuente sin fin, gratuita, delgada, plana, sin cable y sin fin de grandes programas de TV, siempre en el bolso o en la mesilla de noche?

Y hablando de vídeo: Apple asegura que el iPad funciona durante 10 horas con cada carga de su batería no extraíble... pero todos sabemos que no te puedes fiar de los fabricantes. Y así es: en mis pruebas, el iPad ha estado reproduciendo películas sin interrupción desde las 7:30 de la mañana hasta las 7:53 de la tarde, es decir, más de 12 horas. Eso es cuatro veces más que un ordenador o un reproductor de DVD portátiles típicos.

El iPad es tan rápido y ligero, la pantalla multitáctil tan brillante y ágil, el software tan fácil de navegar, que realmente tiene derecho a ser calificado como nueva categoría de equipo. Hay quien ha sugerido que podría ser un buen ordenador a prueba de torpes para tecnófobos, personas mayores y los más pequeños de la casa, y tiene toda la razón.

Por su parte, los tecnófilos tienen razón en algo: el iPad no es un ordenador portátil. No es nada práctico para crear cosas. En cambio, es infinitamente más cómodo para consumirlas, sean libros, música, vídeo, fotos, la web, el correo-e... Para la mayoría de la gente, manipular estos materiales digitales tocándolos directamente es una experiencia completamente nueva, y profundamente satisfactoria.

Leer noticia original: www.canalpda.com

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Publicado por : itampico @ 11:27 a.m.  | 0 comentarios


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