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El químico suizo Albert Hofmann, que casi de casualidad descubrió la droga alucinógena LSD en 1943, falleció a los 102 años.

Nacido en la ciudad nórdica de Baden, esta persona entró en la historia el 16 de abril de 1943. Ese día, estaba experimentando con los alcaloides del tizón –hongo pequeño- del centeno con el fin de crear un estimulante circulatorio y respiratorio, la Dietilamida de Acido Lisérgico (LSD).

Cuando sin darse cuenta dejó caer una gota en su mano, comenzó a tener sensaciones muy extrañas como angustia, vértigo, visiones sobrenaturales, objetos que se movían en el espacio, sentimiento de felicidad y plenitud.

Al volver en bicicleta a su casa, experimentó el primer “viaje” cuando tuvo sensaciones de su infancia y, sobre todo, se sintió capaz de volar. A los días, repitió la experiencia y obtuvo igual resultado.

Esa sustancia, con el paso de los años, terminó siendo útil en psiquiatría y neurología para despertar a enfermos amorfos y sin reacción a los medicamentos. Los abusos le dieron mala reputación al LSD.

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Murió el padre del LSD