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16 de junio de 2015

La construcción de las Escolleras y el Canal de Navegación

Desde la fundación del Puerto de Tampico el comercio marítimo ha sido de gran importancia para la ciudad, aunque la barra en la desembocadura del Río Pánuco impedía a los barcos de regular calado penetrar al muelle entorpeciendo su progreso. Al disminuir la velocidad de la corriente del río al llegar a su desembocadura, causaba el ensanchamiento de su cauce provocando que la arena y otros elementos depositados en el fondo del río, así como varias embarcaciones hundidas, formaran una barra que no era removida por la fuerza de las olas.

Con el fin de mejorar la desembocadura del río, se proyectó la construcción de dos escolleras paralelas que partiendo de la línea de la costa saldrían dos kilómetros hacia el mar en dirección este-noreste a una distancia entre si de casi 305 metros.

Para llevar a cabo este proyecto lo más rápido posible, el 30 de agosto de 1888 el Gobierno de México celebró un contrato con la Compañía del Ferrocarril Central Mexicano que sería la encargada de la realización de las obras a cambio de un pago de tres millones de pesos. En junio de 1889 se entregó a la compañía contratista un minucioso estudio sobre las condiciones de la desembocadura del Río Pánuco y el proyecto definitivo para las obras que iniciaron el 18 de marzo de 1890. De manera que fuera más fácil movilizar los materiales, se construyó una vía férrea de Tampico a la desembocadura del río, poniendo en las líneas de las escolleras pilotes para soportar las vías de servicio que se iban colocando según el avance de las obras. Fue así como las escolleras se fueron construyendo con capas de ramas de árboles y rocas irregulares traídas en su inmensa mayoría de El Abra, San Luis Potosí.

La compañía contratista activó los trabajos para dar mayor profundidad al canal alcanzando éste los 15 pies para marzo de 1893. Realizando estos trabajos, se descubrió a una profundidad de 5.15 metros un banco formado por antiguos naufragios que se dinamito sin éxito, pero poco después en el mes de julio del mismo año, una creciente constante del río resolvió el problema aumentando la profundidad hasta los 6.55 metros al removerse el sedimento.

Para marzo de 1895 el canal tenía 200 metros de ancho y 7.30 metros de profundidad dentro de las escolleras y 8.84 metros fuera de ellas. Posteriormente, se construyó el malecón y constantemente se realizaron dragados en el canal de navegación para mantener la profundidad necesaria.

Cinco años después de terminar las obras principales, en septiembre de 1933, dos huracanes afectaron la zona trayendo como consecuencia inundaciones que incrementaron las crecientes de los ríos Pánuco y Tamesí al no encontrar estos ríos fácil salida al mar por haberse represado. Por tal motivo, la ciudad sufrió una gran destrucción incluyendo gran daño a las escolleras.

Los meses siguientes, mientras la ciudad era reconstruida, varios barcos sufrieron daños al tratar de entrar por la barra que tenía mermada su profundidad por el arrastre del río que formó grandes bancos de residuos. Fue por eso que se pidió apoyo al presidente de la republica Abelardo L. Rodríguez quien en 1934 autorizó la partida para realizar las obras necesarias para corregir este problema que dañaba en gran medida la vida comercial del puerto. Las obras iniciaron en mayo de 1934 bajo la dirección del ingeniero regiomontano Leopoldo Villarreal Garza y fueron terminadas en 1938.

Como parte de estos trabajos se estudió la vía fluvial del Río Tuxpam al Pánuco y se rellenaron los terrenos bajos de ambas riberas del Río Pánuco dentro del municipio de Tampico. También se comunicó la Laguna de Tamiahua con el mar del Golfo de México incorporándose la riqueza del mar a la laguna. Actualmente, existe el proyecto de reconstruir el Malecón que además de cumplir la misión para la cual fue construido, representa un gran punto de interés turístico.

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