iTampico (c) 2007

Con diversas técnicas de Resonancia Magnética Funcional se ha podido demostrar que los momentos de mayor actividad cerebral están cuando uno miente, activando las regiones perifrontales (mayormente desarrolladas en el ser humano)

Investigaciones realizadas por Sean Spence, de la Universidad de Sheffield, y miembros de la Universidad de Pensilvania ratifican esto, afirmando que nuestro cerebro está dispuesto para decir la verdad y que para mentir necesita realizar un esfuerzo.

Nuestra materia gris tiene que realizar un trabajo mucho mayor cuando se trata de un engaño, no solo se activan zonas del córtex frontal (destinados a la atención y concentración) sino que además se pone en funcionamiento otra parte que vigila los errores.

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Para mentir bien se debe usar el cerebro