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Si hay algo cierto en este mundo, es que si la humanidad ha creado algo durante su historia, en algún momento un chino le ha hecho una copia, la total impunidad con que China piratea productos del mundo entero sin preocuparles lo más mínimo es para mi un misterio.

Puede que pensarais que siempre han sido pequeños productos de consumo, nada importante, pero lo último es copiar aviones de combate. Detalles de esta piratería de altos vuelos tras el salto.
¿Cómo se copia un avión? Pues a base de ingeniería inversa, mucho tiempo y salarios bajos. El caso es que su última creación, el Shenyang J-15 Flying Shark, tiene un parecido más que razonable con el ruso Sukhoi Su-33.

Los chinos dicen que es creación propia, y los rusos que es una copia a partir de un avión fabricado en Ukrania pedido por China y que han estudiado para crear copias más baratas.

¿Pero a quién le puedes vender copias de un avión de combate? No es tan fácil como vender copias de DVDs en un chiringuito o en la calle, pero el hecho es que varios gobiernos están interesados en adquirir aviones que aunque de peor calidad tengan un coste menor para al menos tener algo con aspecto amenazante.

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Las copias piratas chinas llegan al terreno de los cazas