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La primera tarea es ir a un invernadero o tienda de confianza donde sabemos que nos van a aconsejar bien y saben del tema, no obstante, es aconsejable elegir un árbol de Navidad que se vea sano, que no se le caigan las hojas al pasarles la mano, que tengan un color verde vivo y no tirando a marrón o amarillo, puesto que esto querrá decir que está deshidratado y muriendo y también es conveniente que tenga unas buenas raíces (en comparación con su tamaño) y que esté plantado en un tiesto lo suficientemente grande o en su caso trasplantarlo cuando lleguemos a casa.

Una vez hemos ido a nuestro invernadero de confianza a comprar el Árbol de Navidad y ya lo tengamos en casa empieza la tarea de elegirle el lugar idóneo para que pase todos estos días y acondicionarlo lo mejor posible para que ofrezca su mayor esplendor.

Es muy importante elegir una ubicación para el árbol que esté alejada de focos de calor como estufas, chimeneas o radiadores ya que afectarían a su vitalidad y acabarían por secarlo en unos pocos días. Además, hay que tener en cuenta que las luces que pondremos sobre sus ramas como adorno, ya aportarán calor al árbol, así que no es recomendable exponerlo a otra fuente de calor que aumente más aún su temperatura. También es recomendable que tenga luz natural pero a poder ser que no le de directamente la luz solar ya que esto haría que necesitara más hidratación y además afectaría a los adornos cuyos colores se irían degradando.

Para asegurarle un riego constante y suficiente al árbol, meteremos el tiesto del árbol en un recipiente o barreño y nos aseguraremos que el tiesto tiene agujereada su base. En ese barreño iremos echando agua y nutrientes mezclados para que la tierra y las raíces de nuestro Árbol de Navidad las vayan absorbiendo en la medida que las vayan necesitando. Marcaremos un nivel con un rotulador permanente en el barreño y así sabremos en todo momento lo que está consumiendo el árbol y nos aseguraremos que nuestro árbol lucirá verde, fuerte y sano durante todos estos días de fiesta.

Ahora solo queda recortar las ramas que toquen las paredes o sean menos vistosas para conseguir un perfil bonito, acercándonos a la forma triangular, de nuestro árbol.

Ahora ya tenemos nuestro Árbol de Navidad en casa, colocado en el mejor sitio y nutriéndose e hidratándose perfectamente. En el próximo post os enseñaré cómo debemos empezar a decorarlo y los estilos decorativos que podemos usar.

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Cómo elegir y decorar el Árbol de Navidad (Parte 1)