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Una de las preocupaciones que más desvela a los desarrolladores de aparatos para el hogar es la de crear opciones que ahorren energía, que no dañen al medio ambiente, y que sus funciones se desempeñen no sólo de la misma manera, sino mejor.

Producto de esta tarea titánica son dos electrodomésticos que no tardarán demasiado en llegar a las grandes tiendas a un costo aparentemente no tan exorbitante (pues parte del objetivo es, también, el de abaratar el precio para que sean accesibles a todos los bolsillos), y de los que probablemente hagamos uso en un futuro no muy lejano.

La nevera de Einstein

Albert Einstein, aquel hombrecillo despeinado que cambió el rumbo de la ciencia en el siglo XX, también tuvo buenas ideas para el hogar. Una de éstas fue crear un sistema de refrigeración que utiliza amoniaco, butano y agua en lugar de frenón, sustancia que contribuye en gran medida al calentamiento global. En su época no tuvo éxito, pues el proyecto presentaba algunas deficiencias, pero investigadores de la Universidad de Oxford están a punto de desarrollar la versión comercial.

La lavadora ahorradora

Investigadores de la Universidad de Leeds han desarrollado una máquina de lavar la ropa que sólo utiliza la asombrosa cantidad de una taza de agua por cada ciclo. El avance consiste en una serie de chips minúsculos de plástico que se mezclan con la ropa para despojarla de manchas y suciedad. Además, emplea sólo el 2% de energía que emplearía nuestra lavadora actual.

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Electrodomésticos para una vida verde