iTampico (c) 2007

Recuerdan un consejo que se nos repetía constantemente cuando eramos niñoa: si salíamos de la cocina y volvíamos en un rato, debía dejar la luz encendida, ya que de lo contrario la energía del encendido de los fluorescentes producía un gasto mayor que el consumo normal. Esta idea nos ha acompañado hasta el día de hoy, pero nunca es tarde para modificar costumbres si hay una buena razón para hacerlo.

A través de I3utterfish, he podido llegar hasta los Cazadores de Mitos, que en un largo vídeo explicativo realizan pruebas empíricas al respecto. Y la conclusión a la que llegan es que se produce un pico de energía en el encendido, pero este equivale a muy poco tiempo de consumo continuo, con lo cual para que compensara, deberíamos volver a la estancia en un segundo. Eso en el caso de las bombillas normales, si fueran fluorescentes, lo deberíamos hacer en 24 segundos.

Otra de las pruebas, trata de comprobar si el encendido y apagado continuo afecta a la vida útil de las bombillas. Para probarlo programaron el encendido y apagado automático de varias bombillas durante seis semanas. Al final de la prueba, todas la bombillas se quemaron a excepción del led. Pero comprobaron mediante cálculos que dichas operaciones equivalían a un uso y consumo de cinco años. Por lo tanto, también ese mito fue derribado.

Así que he estado años y años creyéndolo a pies juntillas y dejando algunas luces encendidas según mis planes de retorno y todo era falso… pero más vale tarde que nunca, os dejo que veáis el vídeo, que no tiene desperdicio.

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Ahorrar energía: apagar o no apagar, esa es la cuestión...